FLORES DE PAULOWNIA:
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Esta fotografía ha sido tomada de Internet. Ignoro si esos colores han sido retocados o son naturales, en cuyo caso desconozco la especie de la que pueda tratarse. Incluso podría ser una variedad seleccionada para jardinería por su floración. Los colores de las que se utilizan con fines forestales suelen ser más pálidos. |
La floración de la paulownia o paulonia es espectacular.
A finales del verano, comienzos del otoño, la paulownia produce unos racimos o panículas de botones florales cubiertos de un terciopelo de color amarillento o beige. Estos capullos alcanzan un considerable tamaño, similar al de una aceituna pequeña. Se abren en primavera, en abril o mayo, dependiendo de la benignidad del clima, a la vez que las hojas comienzan también a crecer. La duración es relativamente corta, pues cada flor dura pocos días, pero la floración completa se prolonga algo más al no abrir todas las flores al mismo tiempo.
La forma de trompeta de estas flores hace que en determinados sitios se llame árbol dedalero a la paulownia.
El color es variable, según especies y variedades de paulownias, encontrando desde el rosa hasta el azul violáceo, con degradados hacia el blanco, siendo más púrpuras cuando nacen y más claras al alcanzar la madurez, tal como puede observarse en las siguiente progresión de fotografías. Lucen un tono más uniforme por el exterior y un fuerte moteado violeta por el interior.
Estas trompetas o campanas, de entre 5 y 8 cm de longitud, son desde un punto de vista estrictamente botánico, zigomorfas (un único plano de simetría, que en este caso es vertical), pentámeras (cinco pétalos) y gamopétalas (que estos pétalos están soldados entre sí). La flor es hermafrodita (incluye a la vez una parte masculina y otra femenina) con un androceo (parte masculina de la flor) didínamo (cuatro estambres, normalmente dos más largos y dos más cortos).
Las flores son muy aromáticas y melíferas, por lo que la producción de miel, de un delicado y característico sabor, es un medio añadido de rentabilizar la producción. Por otro lado, hay quien come las flores en ensalada, así como los brotes tiernos de hojas. Yo no he probado las flores, pero sí las hojas, en crudo, sin aliñar, y tiene un sabor algo amargo que, a mí personalmente, me recordó a los berros, pero con una textura más carnosa y consistente. Tendré que probarlas en una ensalada de verdad. Desconozco los efectos sobre la salud que puede tener la ingesta de una cantidad elevada de hojas o flores, por lo que me desentiendo de toda responsabilidad sobre esta información. Sin embargo, no he encontrado ninguna fuente que hable de que sea perjudicial y sí muchas en las que se habla de esta cualidad, así como de que son una rica fuente de alimento para el ganado. En la Enciclopedia Ilustrada de Japón se habla de las propiedades vermicidas de las hojas, pero desconozco la preparación y la cantidad.
FRUTOS DE PAULOWNIA:
El fruto de la paulownias es una cápsula elíptica y puntiaguda,de unos 3 a 5 cm de longitud, llena de semillas aladas, para facilitar su difusión por el viento cuando este se abre mediante una dehiscencia (la apertura natural de un fruto para esparcir las semillas) loculicida (a lo largo de los nervios medios de los carpelos). Esta maduración definitiva se da a finales de año, por lo que durante meses, conviven con los racimos de yemas de flor de la temporada siguiente, tal como se ve en esta foto tomada a finales de octubre.
SEMILLAS DE PAULOWNIA:
Las semillas recuerdan a las del olmo: Un núcleo o semilla propiamente dicha rodeado de una superficie alar circundante para facilitar el transporte por el viento. En realidad hay diferencias sustanciales. De entrada, el tamaño. Las de olmo tienen aproximadamente un centímetro de diámetro, siendo más circulares, con un eje de simetría longitudinal y tienen una única superficie alar. En cambio, las de paulownia, son mucho más pequeñas, rondando los 3 mm. son alargadas, de borde irregular. Además, las de olmo crecen en el árbol directamente al aire y las de paulownia de desarrollan por miles dentro de un fruto en forma de cápsula.
En estas fotos realizadas con microscopio puede observarse que la superficie alar está compuesta de varias láminas que se superponen en algunas zonas, presentando algunas más cortas que salen desde el centro solapadas sobre las más grandes, pero siendo independientes entre ellas, pues todas tienen por espesor una única célula, que al madurar queda hueca. Esta estructura de alveolos vacíos es lo que le confiere una gran superficie en relación a un bajísimo peso y les permite ser llevadas por el viento.
GERMINAR SEMILLAS DE PAULOWNIA:
Si se decide adquirir semillas para sembrar paulownias, se entiende que será con fines ornamentales, pues para fines forestales se dan fuertes razones para no utilizar semillas y decantarse por la micropropagación. Hay que tener en cuenta algunos factores para su correcta germinación. De entrada, se recomienda no enterrarlas, pues hay quien afirma que necesitan luz para germinar, por más que yo tenga mis dudas al respecto. No obstante, la norma general de siembra es enterrar al doble de profundidad de la semilla que se siembre, y dado que esta es muy pequeña, en todo caso tendría que ser casi en superficie. El semillero deberá estar tapado con un plástico para evitar que se sequen en ningún momento. Este plástico será transparente, ya no solo para satisfacer a quienes afirman la necesidad de luz para germinar, sino para que puedan recibirla una vez que lo hayan hecho y tengan ya sus primeras hojitas funcionales. Además, necesitaremos ver qué sucede dentro de nuestro semillero. La verdad es que con esta concentración de humedad, no se va a necesitar que estén cubiertas, por lo que podemos ponerlas en superficie tal como aconsejan algunos. Eso sí, lo más dispersas posible, pues no conviene que se masifique en cuanto comiencen a germinar y nos dificulte el repicado por tener todas las raíces hechas una maraña cuando las pasemos a macetitas individuales.
El sustrato vale cualquiera estándar de semillero. Primera característica, que sea de calibre fino. Respecto a materiales, que sean ligeros, y que drenen bien. Vale la mezcla de toda la vida de arena de río fina (no tanto como el polvo, que tiene que drenar bien. Un calibre de entre 0.5 y 1 mm es genial para cualquier semillero) mezclada con fibra de coco o con turba, a ser posible, rubia y sin abonar, bien picada. En su defecto, sustrato para macetas de interior, pero preferiblemente no abonado, y si lo está, lavarlo abundantemente. Para el mantenimiento de la humedad conviene añadir vermiculita de tamaño pequeño (hay varios calibres) o bien perlita. Estos dos productos pueden obtenerse en viveros especializados, pero si no se encuentran, los suelen tener en los grow-shop, tiendas que suministran todo lo necesario para cultivar marihuana (o cualquier otra planta). La vermiculita es un material de construcción muy barato, pero en estos almacenes (que en pocos lo tienen) nos venderán un saco grande. La proporción es lo de menos, pero un tercio de cada es ampliamente aceptado, aunque arena y turba a partes iguales se ha utilizado siempre a partes iguales, que esto de la vermiculita y la perlita no lleva toda la vida en el mercado. Por tanto, con que le añadamos un poco es suficiente. Personalmente, echo algo más arena que turba cuando preparo algún semillero para plantar después mi pequeño huerto. Prohibida la tierra arcillosa y muy desrecomendado cualquier tipo de abono. la semilla lleva todos los nutrientes que la plántula necesita en su primera fase de vida. Ya se irá añadiendo algún fertilizante muy diluido cuando crezcan algo.
Mucha gente añade fungicida al primer riego para evitar invasiones de hongos y no está de más, ya que vamos a tener una humedad de saturación y será recomendable un clima cálido. Para la mayoría de las semillas, el ideal se sitúa entre los 20 y los 25 grados. Y eso es lo que más les gusta a los hongos cuando hay materia orgánica por medio. En la mayoría de las semillas se recomienda dejarlas en remojo durante un día o más en agua tibia, a la que se puede añadir una dosis muy diluida de ciertas fitohormonas del grupo de las giberelinas (aunque no es necesario y muy poca gente tiene los medios para hacerlo, pero en muchas especies se consigue un aumento importante del porcentaje de germinación. Para más información, ver final del documento de micropropagación).
Y personalmente, creo que no hay que complicarse tanto la vida, que nacerán más o nacerán menos, pero en la naturaleza lo hacen sin tanta ayuda, y al precio que tiene comprándolas en ebay (normalmente de la especie tomentosa), y con todas las que vienen, y que sólo queremos unas pocas para ponerlas en un jardín... ¿O sigues creyendo que es buena idea obtener miles para hacer una explotación forestal? ¿O peor aún, para ponerlas en el mercado y que sea otro el que arruine su negocio forestal?
CUALQUIER DUDA QUE HAYA PODIDO QUEDAR TRAS LA LECTURA DE ESTE TEXTO, PARA EXPRESAR DIFERENCIAS DE OPINIONES SOBRE EL MISMO, O PARA APORTAR ALGO NUEVO, HAZLO EN EL FORO, EL MÁS COMPLETO Y ESPECÍFICO SOBRE LAS PAULOWNIAS EN LENGUA CASTELLANA. |