Comencé hace un tiempo a buscar un terreno económico con la finalidad de plantar unas pocas paulownias. El problema que me encontré fue que no hay nada económico, y menos cerca de Madrid, donde vivo. Finalmente me decidí por Salvaleón, ya que si me tenía que alejar, por lo menos, que fuese a un lugar donde suelo ir de todos modos: el pueblo de mis padres. El problema es que no abundan los terrenos llanos, pues se encuentra en la comarca “Sierra Suroeste”, dedicada principalmente al cerdo ibérico de bellota, y salvo algunos olivos e higueras, lo que más abunda es la encina y el alcornoque. Muy recomendable la visita a Salvaleón, si se quieren degustar las mejores chacinas, que surten a otras comarcas de mayor renombre.
Al final adquirí un pequeño terreno, lo que localmente se conoce como un "cercado", debido a la costumbre ancestral de separar unas propiedades de otras mediante antiquísimos muros de piedra. El mío tiene una extensión de poco más de una hectárea, y a la hora de seleccionarlo tuve en cuanta otros factores distintos de la idoneidad para la plantación, valorando la cercanía al pueblo, el acceso directo desde carretera local y la existencia de un pozo artesano. En este caso en particular, fue muy en detrimento de las mejores características para la paulownia. De hecho, mi pequeña finca experimental es precisamente lo contrario de lo que este árbol necesita. La pendiente supera el 20% y la profundidad del suelo en algunos lugares es de menos de 10 cm. Al menos, no es arcilloso, sino de pizarra blanda.
Cuando la excavadora hizo los hoyos para la plantación, en algunos sitios no pudo profundizar más de 50 cm., sacando 3 o 4 dedos de tierra y el resto sólo rocas, sin embargo, en la mayor parte de la finca, estas rocas, tras un año expuestas a la intemperie, se han meteorizado y se disgregan fácilmente incluso con las manos, como si estuviesen hechas de hojaldre.
No todos los hoyos fueron iguales, pues en algunos sólo salió tierra y se profundizó hasta los 80 cm, con un cazo de 40 cm y una longitud próxima al metro en la parte de arriba y en torno al medio metro en la parte inferior, forma provocada por el propio movimiento del cazo durante la excavación. Con esas condiciones tan variables lo que menos cabe esperar es un crecimiento uniforme. Según la experiencia local, ese terreno es muy bueno para alcornoques, que profundizan mucho la raíz y se meten entre las grietas de la pizarra, donde encuentran “frescura” en los meses estivales, pero unos árboles tendrán más suerte que otros con sus respectivas grietas. Por tanto, para el primer estirón ideé un sistema que homogenizara y facilitara el crecimiento.
Desde mi punto de vista, la plantación fue muy tardía, el primero de mayo, pero fue cuando llegaron las plantas, luego no hubo lugar a opción. Por otro lado, los riegos se dieron cuando se pudieron dar, pues resido a más de 400 km. y ese año no recibieron más abono que el que llevaba el sustrato fertilizado (ver mi sistema de plantación). El mayor diámetro de hoja fue de casi 40 cm. y la mayor altura alcanzada apenas sobrepasó el metro y medio, quedando más de la mitad de los árboles sin alcanzar el metro y algunos de ellos sin llegar ni siquiera al medio metro.
El marco de plantación vino determinado por los olivos que ocupan el terreno, que no he querido quitar, pues como mínimo son bicentenarios y uno de ellos, podría llegar tener más de mil años, según diversas opiniones (no expertas). Estos olivos se encuentran en cuadrícula de 12 m. X 12 m. Yo planté las paulownias en líneas alternas entre los olivos, (llamemos filas a las líneas que se aproximan a las curvas de nivel, digamos que más horizontales, y columnas a las perpendiculares, que van en pendiente). Por tanto, las filas de paulownias distan 6 m. de las de olivos y hay 12 m. entre cada fila de paulownias. Las filas tienen paulownias cada 4 m. Muy lejos del objetivo del cultivo intensivo o superintensivo, pero como se trata de algo experimental para ver si se adaptan a las condiciones edafológicas y al clima, pues me vale. Siempre podré decir que lo que busco son menos ejemplares de mayor tamaño, con la intención de talarlos con más años de lo habitual para obtener una madera de mayor calidad.
En el momento de escribir esta nota, cumplen exactamente un año de su plantación. Vuelve a ser mayo y tienen la ventaja sobre la primavera anterior que el sistema radicular ya está establecido, por lo que la brotación ha partido con un vigor que el año anterior tardaron en conseguir. A medida que tenga avances, los iré contando aquí.
Sigo escribiendo. Es agosto y de momento han tenido varios riegos profundos, pero me temo que a partir de ahora van a pasar algo de sed, pues el pozo artesano que tenía la finca está en las últimas.
Al comienzo de la primavera había cortado la mayor parte de las paulownias a ras del suelo, pues no habían alcanzado la altura esperada; pero indulté unas pocas, las que tenían más de un metro de longitud. Tendría que haberlas cortado todas para seguir la pauta marcada y generalizada, pero repito que mi pequeña finca es experimental. En mi caso, las más altas, cercanas a los 2,5 metros, son las que no había cortado. Éstas suman la longitud del año anterior al crecimiento de este. Las que más han crecido de entre las cortadas tienen algo menos de altura, pero todo el crecimiento es de esta temporada, por lo que el vigor ha sido mayor en las cortadas. Veremos si en lo que resta de periodo vegetativo, éstas superan a las indultadas.
Al brotar las que no corté no lo hicieron por la yema apical, sino por yemas laterales cercanas a la punta. Bueno, brotaron por muchos sitios, pero éstas fueron las más vigorosas. Quitando el resto y dejando sólo uno de los brotes más fuertes, el resultado es un ápice seco y un brote que no nace vertical, aunque rápidamente coge liderazgo y se endereza sólo. No obstante, hay que ayudarle a que no se estorbe con el resto seco, por lo que hay que quitarlo pronto cuidando de no dañar en absoluto el renuevo y sin dejar muñones que dificulten la cicatrización.
Este es el olivar donde he plantado las paulownias, pero respetando los olivos. Muy especialmente, el ejemplar del centro de la fotografía, del que pensamos que podría tener una edad aproximada de mil años. Puede compararse el tamaño con los del resto de la plantación, cuya edad se estima en los 200 años.
CUALQUIER DUDA QUE HAYA PODIDO QUEDAR TRAS LA LECTURA DE ESTE TEXTO, PARA EXPRESAR DIFERENCIAS DE OPINIONES SOBRE EL MISMO, O PARA APORTAR ALGO NUEVO, HAZLO EN EL FORO, EL MÁS COMPLETO Y ESPECÍFICO SOBRE LAS PAULOWNIAS EN LENGUA CASTELLANA. |